jueves, 22 de marzo de 2012

Baudelaire

Correspondencias.


En este poema el autor expresa que el mundo que nos rodea esta repleto de símbolos que muchas veces se escurren de nuestro entendimiento y los dejamos pasar de largo. El poeta expresa que debemos fijarnos en estos símbolos pues así conseguiremos disfrutar de un mundo de sensaciones. Este poema está dividida en cuatro estrofas, en la primera el poeta compara la Naturaleza (refiriéndose a la diosa naturaleza), como templo, lugar de culto, del cual emanan una gran cantidad de símbolos de los cuales el humano mucha veces no se percata, a pesar de ser el único ser en poder reconocerlos.

En la segunda los símbolos son cosas esquivas, difíciles de esclarecer ("Como claridad, noche basta") y estos símbolos son respondidos y captados por los sentidos en forma de aroma, sonidos y colores.

En la tercera, el poeta explica esas sensaciones con ejemplos, y pueden ser buenos y frescos, como todo lo contrario putrefactos y horribles, pero el poeta defiende que debemos entenderlos todos.

En el final, el poeta viene a decir que si nos percatamos de esos símbolos, nos llegan a rodear y a llenar. Sirven de inspiración.

Este poema tiene un contexto filosófico, que recuerda mucho al mito de la caverna platónico de la realidad que está tapada por otras realidades más insignificantes. Esta composición destaca por su lenguaje, parece que cada palabra ha sido escogida con mucho cuidado, solo para atribuirle un determinado significado.
Llama la atención la sinestesia que consigue atraer la atención del lector y que se fije más en una parte determinada del poema, además con ella, el autor consigue que imaginemos perfectamente lo que se nos está exponiendo. El lenguaje es muy elaborado y cargado de más figuras retóricas, metáforas, comparaciones y personificaciones son muy comunes. Otra característica es la desaparición del yo poético y el tono reflexivo sabre la vida humana que contiene la obra.

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