miércoles, 11 de abril de 2012

Baudelaire

Himno a la Belleza.


Como dice el título, Baudelaire expresa en este poema todo lo que la "Belleza" significa para él. El autor llega a divinizar a la Belleza y no se adapta a lo ético, es decir, Baudelaire defendía una belleza tanto en lo que normalmente consideramos bueno y agradable, como en lo feo, aterrador y desagradable, por ello la belleza se encuentra en un dualismo para este autor, que expresa en la primera estrofa, ya que dice que la belleza puede ser tanto divina, como infernal o se confunde en el beneficio y el crimen. En esta primera estrofa también aparece el vino como sustancia de evasión, que permite ver al autor más allá de este mundo y evadirse a uno mejor y más claro.

En la segunda estrofa abunda la contraposición, ya que el autor quiere expresar la contradicción que es en si la propia belleza, además introduce los sentidos, que son capaces de captarla "perfume", y hace una referencia al movimiento "Tormenta e ímpetu". Termina la estrofa dando una visión muy pesimista y a la vez optimista de la belleza, relacionándola con el amor como consecuencia "Que tornan al héroe flojo y al niño valiente".

La tercera estrofa es muy importante, ya que aquí podemos ver una característica que aparece en otros autores como Keats. La belleza aparece superpuesta al destino, y como reina del universo, un modo de pensar que ya encontrábamos en el Romanticismo.

En la cuarta, el autor extiende esa opinión que presentaba en la estrofa anterior y la reitera, diciendo que la belleza también es inmortal y gobierna sobre la muerte, y relaciona a la belleza a su vez con el Horror.

En la quinta estrofa encontramos contraposiciones que le sirven al autor para señalar más las características de la Belleza, anteriormente expuestas.

En la sexta estrofa el autor empieza a perfilar la conclusión del poema. Ya no importa si la Belleza es infernal o divina, solo importa que puede evadir de este mundo y conseguir alcanzar otro que el poeta sabe que existe, pero nunca llego a estar.

En la última estrofa, el autor expone que no le importa morir, pues espera y cree en una vida mejor después de la liberación de la muerte.

En este poema, encontramos abundantes comparaciones, y sobre todo contraposiciones. El oxímoron también es frecuente (efímero deslumbrado)



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